Hace poco, mientras hablaba con un primo en Sincelejo, me recomendó probar algo diferente a las típicas apuestas deportivas. Me habló de un juego que parecía tipo buscaminas pero con premios reales. Navegando un poco encontré el juego de las minas y lo probé. Fue una experiencia entretenida, especialmente porque uno controla cuándo seguir o retirarse. Me pasó que, justo cuando pensaba parar, aposté una vez más y gané el doble. Qué giro inesperado.
4 vistas